Rodolfo el Zombie Gris Gutiérrez A lo lejos puedo escuchar el bip-bip…bip del verificador de precios de la caja cinco, intento concentrarme en eso y no en esta horrible sensación que me hace pensar que ya es demasiado tarde. Todo empezó a finales de octubre, se rumoraba de algunos brotes alrededor de la ciudad; había avisos en las grandes cadenas de cafeterías y centros comerciales que me ponían cada vez más nervioso sobre la situación, pero era ridículo… octubre apenas terminaba y la gente ya empezaba a entrar en pánico. Los síntomas eran fáciles de discernir; una afinidad por las bufandas tejidas a mano, una taza de café con motivos en blanco y rojo, una melodía tarareada que fue sacada desde el subconsciente del sujeto y por qué no, ese gusto por saturar las tarjetas de crédito a la menor oportunidad. Había intentado resistirme por tanto tiempo, mi escritorio de la oficina estaba adornado con un pequeño cactus natural, que no le pedía nada a los arbustos artific...